Originalmente de objetos de segunda mano, que se monta todas las mañanas de domingos y festivos en un barrio castizo del centro histórico de la capital de España. Nació hacia 1740 en torno al «Matadero de la Villa», ocupando las aceras de la cuesta de Ribera de Curtidores del barrio de Lavapiés, como un zoco semi-clandestino de venta de objetos usados (baratillos).